Ella pretendía entrar al reino de los cielos
con caretas brillantes bajo el sub-mundo que defendía.
Ella decía tener la razón,
apoyándose en sus manos y en su corazón de piedra.
No temía insolencias, ni pruebas celestiales.
Porque cree que Dios esta preocupado de otras cosas.
Definitivamente piensa no estar dañando.
Se siente su tiranía por todos los rincones.
Sus palabras rasgan
hasta lo mas profundo del alma de quienes vulnera.
Ensordecer los oídos inquietos de quienes la transitan,
se torna imposible por sus aullidos y gemidos estremecedores.
Y son aquellos los que realmente duelen cuando sorprenden.
Mas aún si sabe que estás rondando los lazos que inevitablemente te unen.
Como cruel tormento, a quien entrega todo, y recibe odio.
Porque el motivo de destruir, es la carencia de amor.
Y esa carencia la arroja por la boca, vomitando nefastas prosas,
que tan solo ella, experta cazadora, comprende y maneja la rutina de destruir.
Pero serán mas fuertes, y triunfara por sobre tu maleza
la claridad por sobre el mal.
Porque Dios es mas grande
y la maldad disfrazada de bondad, se derrite rápidamente.
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